Las cumbres

Las cumbres
¿Qué sucedió cuando sentí miedo?
Una mujer se acercó y me dijo que seré feliz.
En las paredes de un túnel se quedaron los despojos
de un hechizo antiguo que tal vez,
tal vez un día gritará.
Y desde abajo dirá tu nombre y
lamentaré haberlo dejado sin nosotros.
La humedad de las paredes guarda
los ecos de una sed sorda.
Los fantasmas en las puertas
se reían al verme pasar.
Su mirada me condenó al vacío ciego,
con una carcajada me arrojaron al olvido.
Y llegaron los otros, los de siempre.
Mi error fue creer que estaba bajo control.
Viví el momento, creí que era yo quien lo usaba.
El miedo vino después,
cuando la sangre hirvió
al cruzarse con su mirada.
Caí en la cuenta de que nada estaba bien,
algo se había movido dentro de mí.
Pero esas horas no volverán.
Se marcharon junto con el polvo y las cenizas,
junto con el humo y los cantos.
Las piedras fueron testigos de una pasión gastada,
del deseo desbordado y las ansias desgarradas.
Antes el sol, hoy el gris.
Como el triste canto del alma.
Como la cruel pregunta de lo que pudo ser.
Se llevó mi tranquilidad
mi nariz y mis ojos.
¿Y qué me quedó?
Las nubes sobre los cerros,
la alineación de las cumbres.
Su paz. Su paz.
Su necesidad de compartir.
La conexión inevitable.
La sensualidad sobre las cobijas.
Y el miedo..
A aceptar, a quedarnos, a gritar, a hablar, a recordar y,
sobre todo, tuvimos miedo a olvidar.
Sólo callamos y nos fuimos.
Hasta que los cerros se vuelvan a alinear
y hasta que una estrella nos ponga frente a frente,
cantando de nuevo esa vieja canción.
(abril de 2001, después de Real)