PACO FOREVER

Pues resulta que mis abuelitos tenían un cotorro llamado Paco, que era, como la mayoria de los pericos, súper inteligente y simpático. Todos lo queríamos, como que la casa de mi abuelita sin Paco no era la casa de mi abuelita. El caso es que primero murió mi abuela, luego un tío, luego mi abuelo, y todos apostábamos por que Paco nos iba a enterrar a todos. La verdad se veía muy lúcido.
Pero no, creo que le dio pulmonía y estiró la pata. Tooodos, absolutamente todos lo lamentamos muchísimo y sentimos regacho, pero bueno, algún día se tenía que morir.
Tiempo después que voy llegando a casa de una tía que había cuidado a Paco los últimos años, todo bien. Que se me antoja tomar agua y voy a la cocina, me asomo al refri, cierro la puerta y me encuentro frente a frente con ¡Paco!
En eso grita mi mamá:
-Saluda a Paco.
-Qúe, ¿compraron otro?
-No, tu tía lo mando disecar.
Ya ni quise tomarme el agua.
Muy buen trabajo de taxidermia, eso sí, se ve mejor que cuando estaba vivo.
De repente me sentí en la casa de los Locos Adams, digo, siempre hemos sido una familia bastante friky, pero esto es demasiado escatológico.
-Ay, mija, es que cómo me iba a deshacer de él.
-Tía, de perdido ponga una grabación de voces de perico.
Si ya visitaron el museo de los pajaritos muertos en Saltillo, sabrán a qué me refiero. No puedo creer que a alguien le parezca interesante ver a los pobre pajaritos disecados y encerrados en esas horribles jaulas, dentro de un edificio que parece penitenciaría colonial.
No, es el colmo de la claustrofobia y un chiste muy cruel.
Los pájaros son libertad, representan libertad. Si quiero ver un ave inanimada pues veo una foto, me meto a internet, no sé, tantas opciones.
Se me hace que el que donó la colección (que sospechosamente se parece un montón al Sr. Burns) dijo: "Me está saliendo muy caro el mantenimiento de los pájaros, y de tantos que he matado, ya no tengo dónde meterlos, cómo le haré?, cómo le haré?. Yá sé, lo voy a donar a la ciudad, así el gobierno se hace cargo de cuidar los cadáveres y yo quedo como el súper bueno y altruista, tal vez cuando me muera le pongan mi nombre, sí, es un plan perfecto".
Y así nació el Museo de las Aves de México (porque se les llena la boca diciendo que es único en el país), como una oportunidad perfecta para justificar gastos de la dependencia, creo que ya era Icocult para entonces, y para quedar bien con los empresarios que han forjado a nuestra pujante y pujosa ciudad.
¡Qué orgullo!
Paco está al menos sobre un como poste en la pared de la cocina de mi tía, junto a una ventana, riéndose de nostros y viendo cómo nos vamos poco a poco.